I. Las imágenes existen para ser compartidas.
II. Dejemos de pensar en las imágenes como visuales. Las imágenes son sensoriales (auditivas, táctiles, visuales, etc.).
III. El trabajo artístico no puede basarse únicamente en la difusión o ejecución, sino en interpretar qué posición y qué privilegios se poseen.
IV. El hecho de que las imágenes parezcan complicar su interpretación se debe a procesos de segregación.
V. Por lo tanto, el arte funciona como un virus, infectando el núcleo con propiedades atractivas/objeto de deseo: las imágenes son más efectivas cuanto más pertenecen a otro individuo.
VI. El arte, para ser arte, debe entender su medio, debe escapar de la interpretación y distribución por parte del artista y convertirse en algo popularizado.
VII. Como en la antigua historia china del árbol que cae en el bosque, si el arte no se entiende como arte, no es arte, y viceversa.
VIII. El arte de facto debe entenderse como no original.
IX. La posición crítica hacia las imágenes debe cuestionar las "grandes ideas," los modelos que benefician los capitales culturales que utilizan las imágenes como una forma de impregnar su poder en la cultura, perpetuando el estado de estancamiento mental que trae la comodidad de lo ya experimentado.
X. El pensamiento humano es contradictorio, y su mayor contradicción se basa en su mayor virtud y al mismo tiempo su mayor vicio: la ciencia.
XI. Vivimos en un mundo biológicamente racionalizado por lo que uno entiende por Dios a través de la selección natural, siendo productos de la evolución.
XII. Es absurdo pensar en nosotros mismos como una especie aislada del reino animal y del macro sistema biológico/mineral/agua. Cada imagen surge como una forma de representar las necesidades de nuestra animalidad, de nuestro deseo como especie de reproducción/supervivencia.
XIII. Las imágenes son contenedores de fe.
XIV. Las imágenes que la ciencia en su limitación factual no puede racionalizar, la fe llena ese vacío.
XV. Fe en el poder de las imágenes para cambiar las dinámicas que nos dividen como especie, sin importar cuáles sean.
XVI. Apología por la arqueología de medios, por el descubrimiento inesperado, por la flexibilidad, por las opiniones contradictorias, por dinamitar discusiones, por no aislarse del fenómeno, por nunca creer que hay opiniones más ciertas que otras.
XVII. Duda de todo. Levanta una ceja ante lo "intocable," mueve figuras que están cómodamente en su trono y creen que es su derecho en lugar de su privilegio.
XVIII. Sé humilde, como dice Kendrick Lamar.
XIX. Las imágenes, con su poder, dan a quienes las producen la responsabilidad de activarlas: llevar la experimentación al límite.
XX. No hay figura intocable; cuanto más poder tiene la imagen, más peso tiene el bólido en la ejecución de la obra de arte.
XXI. Cualquier idea que parta de participar en un espacio seguro debe descartarse: las imágenes siempre deben sondear caminos inciertos y misteriosos. Un laboratorio constante de experimentación.
XXII. El arte debe salir del cubo blanco, ya que este concepto encuentra su trascendencia en el cubo blanco virtual, como el cubo y el hipercubo, como una capa 2 en la blockchain, abriendo el espacio del cubo blanco al digital-analógico-transmedia.
XXIII. Libertad a las definiciones del arte, lo que entendamos por arte es completamente válido.
XXIV. Transdisciplina entre individuos como una forma viable para que las imágenes que nos conciernen sean interpretadas y no se pierdan en el éter de la saturación.
XXV. Si las imágenes no dialogan con la sociedad y cultura contemporáneas, ¿por qué producir imágenes entonces?
XXVI. Entender la discriminación factual de los medios.
XXVII. El medio en sí como desencadenante del proceso creativo.
XXVIII. Ningún medio está completamente cooptado: todos los medios tienen posibilidades de liberación. Quienes producen imágenes tienen el papel de cuestionar las dinámicas del propio medio.
XXIX